El Athletic de Bilbao ha llegado a su segunda final de la Copa del Rey en las últimas cuatro temporadas. Mucho se ha hablado de sus dos últimos entrenadores, Joaquín Caparrós y Marcelo Bielsa. Unos consideran que el técnico argentino es heredero de todo el trabajo realizado por Caparrós, no hay que olvidar su apuesta por Muniain cuando jugaba en las categorías inferiores y su confianza en jugadores como Javi Martínez y Llorente. Otros consideran que la llegada de Marcelo Bielsa al banquillo de San Mamés ha sido la mejor noticia en años y desean a la vez que siga muchos más por el bien del futuro deportivo del club.
Si nos centramos en analizar la filosofía de fútbol de Caparrós y Bielsa encontramos importantes diferencias. Es cierto que en ambos equipos existen valores compartidos como la presión, el sacrificio y la solidaridad de sus jugadores durante los noventa minutos. La principal diferencia que existe es la manera con la que quieren llegar a la victoria. A esos valores que forman parte de la tradición y la historia del Athletic, Bielsa ha sabido inculcar a sus discípulos una concepción en la que el balón es el principal protagonista, tanto para defender como para atacar, muy cercana a la que reside desde hace tiempo en el Barcelona. El balón es el centro del universo. Ahí reside la principal diferencia y la que a priori hace que el espectador se sienta mucho más cómodo viendo un partido del Athletic con Bielsa que con Caparrós.
Tras el partido de Liga disputado entre Athletic y Barça (2-2), uno de los mejores de la presente temporada, Guardiola declaró en rueda de prensa: «Nunca había jugado contra un equipo tan intenso, que corriera tanto, que nos dejara tan pocos espacios…». También alabó la labor del técnico argentino: «Es muy buen entrenador. Ha conseguido en poco tiempo que su equipo sea absolutamente suyo».
Es sobradamente conocida la admiración personal y profesional que tiene Guardiola respecto a Bielsa. Sus palabras nos ayudan para analizar cuáles son las virtudes del juego del Athletic, que sigue vivo en las tres competiciones. Su planteamiento (4-3-3) apuesta por presionar al contrario al máximo nivel, casi hasta llegar a la extenuación, ocupando todas las parcelas del campo con el objetivo de jugar siempre de una forma descarada y valiente con el balón como eje principal.
En portería, Gorka Iraizoz ha rendido de forma notable tal y como ha hecho durante las últimas temporadas. En línea defensiva, la principal novedad ha sido la reconversión de Javi Martínez como central formando pareja con Amorebieta, tal y como hizo Guardiola con Mascherano. Los resultados en esta faceta están siendo excelentes. Es cierto que ha perdido su llegada a gol, compensada con el fichaje de Ander Herrera, pero su capacidad para la colocación, anticipación y salida de balón son realmente espectaculares.
En el medio del campo, Bielsa ha apostado por tres jugadores muy polivalentes, incansables en la presión y bien dotados técnicamente: Iturraspe, De Marcos y Ander Herrera. El ex zaragocista era un fichaje seguro y la explosión de De Marcos, actuando como interior o a veces incluso como lateral lleva el sello particular de Bielsa. Es un jugador totalmente distinto al de la temporada pasada y con 22 años le aguarda un futuro prometedor.
En ataque, Susaeta, Muniain y Llorente son fijos en el esquema. Los dos primeros abiertos como extremos y Llorente como delantero centro. La progresión de Muniain es espectacular y no se sabe cuál puede ser su techo. Es el factor más desequilibrante de todo el equipo. Por su parte, Llorente está en plena racha goleadora y junto a Soldado son los dos delanteros españoles en mejor forma. En los primeros partidos de la temporada le costó adaptarse al sistema y forma de jugar de Bielsa, como al resto del conjunto. Ahora se encuentra muy cómodo y ha mejorado sus prestaciones como delantero, unida a su capacidad para marcar goles (en este momento ya ha alcanzado los 19 goles que consiguió durante toda la temporada pasada).
A pesar de todas estas virtudes, la final de Copa aún queda lejos y existen algunos puntos débiles que Bielsa deberá gestionar hasta final de temporada. Por ejemplo, la apuesta por un mismo once en la mayoría de partidos, hecho que puede repercutir negativamente en el estado físico de los jugadores o que hay posiciones en el campo sin sustitutos con garantías en la plantilla como ocurre con la banda izquierda, en la que se ubican Aurtenetxe y Muniain.
Sin ninguna duda, tanto Athletic como Barça son los reyes de la Copa y seremos testigos de una final apasionante en la que los leones querrán vengarse de su última derrota en Mestalla.